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ACLARACIÓN DE UN EX - MAGENTIANO
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Ricardo Musse Carrasco
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En la revista “Cortina de Humo”, Víctor Palacios Cruz, en su artículo titulado “4 fecundos años magentianos” (página 31), en el último párrafo sentencia: Ahora, en un momento crucial del grupo, algunos han desertado, explícita o implícitamente. Volvemos a ser pocos, pero quizá, por ello mismo, tenemos la sensación no de haber retrocedido sino de haber “regresado” a los inicios, y allí nos hemos encontrado, inesperada y orgullosamente, con la energía del acto fundador.
“Magenta”, a nuestro criterio, asumiendo –como siempre- una crítica objetiva es, indudablemente, un hito generacional de este nuevo siglo escritural (junto al marginal accionar del grupo “Plazuela Merino”); por lo que acometer un estudio hermenéutico sin nominarlo sería de una repudiable y antológica mezquindad.
Víctor Hugo Palacios en su artículo realiza un balance. Sin embargo, con unas omisiones imperdonables que -a todas luces- pretenden escamotear la decisiva presencia de dos de sus ex – integrantes (uno más que el otro): Luis Gil Garcés y el mío.
Víctor Hugo Palacios se ha olvidado que Luis Gil Garcés fue de los fundadores y dinamizadores de “Magenta”, cuando él ni siquiera estaba en los planes del grupo; además, él fue el único que –según versión de una fuente de primera mano- suplicó, de manera insistente, ser miembro magentiano.
En lo que respecta a mí, ingresé a “Magenta” por la invitación de Josué Aguirre Alvarado, Ángel Hoyos Calderón y Eduardo Valdivia Sanz, en el mes de agosto del año 2 007.
Víctor Hugo Palacios, en su sesgado artículo, no aquilata las implicancias significativas y la apertura que suscitó mi presencia dentro del grupo. Antes de mí, “Magenta” había ignorado y menospreciado (evidenciando un cosmopolitismo y elitismo literario) a las voces más sobresalientes del parnaso piurano: José María Gahona, Jesús Espinoza Pariatón, Víctor Borrero Vargas, Cosme Saavedra Apón, Teófilo Peña Barreto, José Díaz Sánchez, César Gutiérrez Alva, Héctor Efraín Rojas y Jenny Girón Vallejo(s). Y también el grupo publicó, en el número 33 de su revista, el excelente cuento “¡Cuidadito nomás!” del narrador de izquierda (contactado por mí): Sócrates Zuzunaga Huaita. Además, de los escritores que se hicieron merecedores al premio anual “El Escarabajo de Oro”, a tres llevé a la revista “Magenta”, a través de sus solventes escritos: Víctor Borrero Vargas, José María Gahona y César Gutiérrez Alva.
Antes era imposible que el broche de oro de la revista se regionalice y discierna sobre la insoslayable obra del poeta cataquense Lelis Rebolledo Herrera, sobre la poética subterránea de Róger Santiváñez Vivanco y sobre la antiburguesa novelística de Víctor Borrero Vargas. Dicho sea de paso, el 18 de noviembre del año pasado se hizo el siguiente reclamo: Lamentablemente, en el texto remitido para que se constituya en broche de oro de la Revista “Magenta”, a instancias mías para rendirle un póstumo homenaje al escritor Víctor Borrero Vargas, se ha profanado –desde todo punto de vista, inaceptable esto- su contenido, uno mayor que el otro: (…) El segundo (el más grave): Se ha omitido esta reveladora frase (que define, palmariamente, una de las aristas discursivas de Víctor Borrero Vargas): “La visión sarcástica y clasista sobre la vida burguesa,…”.
Como integrante de “Magenta” me dispuse a difundirlo en Sullana, distribuyendo su revista y entregándola a la biblioteca de la Municipalidad Provincial de Sullana; solicitando un reconocimiento oficial a esta entidad pública, haciéndose efectivo el 4 de setiembre del año 2 008, a través de la Resolución de Alcaldía No 1591-2 008/MPS, firmado por el alcalde Jaime Bardales Ruíz. Empero, la tramitación de dicho reconocimiento oficial, de los ocho integrantes de “Magenta”, sólo fue agradecida por dos de ellos y, obviamente, que Víctor Hugo Palacios nunca valoró este esfuerzo y –lo más lamentable- no me dijo ni pío. También, ante coordinaciones mías, el narrador Ángel Hoyos Calderón fue considerado en el VIII Café Literario “Las Nuevas Voces de la Literatura Sullanera”, organizado por el XCVII aniversario de la provincia de Sullana, el 30 de octubre del año 2 008; donde a dicho narrador magentiano se le reconoció y felicitó públicamente a través de la Resolución de Alcaldía No 2003-2 008/MPS.
Dejé de pertenecer a “Magenta” el 18 de abril de este año, cuando Josué Aguirre Alvarado (que es uno de los pocos magentianos que, realmente, aún aprecio) me comunica, entre otras cosas, a través de mi correo electrónico: En la última reunión se decidió retirarte del grupo. (…). Por eso, desde el día de hoy, quedas libre (por votación y reglamento) de tus obligaciones como miembro.
Estoy seguro que mi efímera presencia en “Magenta”, será valorada por la gratitud eterna de la trascendente escritura; y que sólo la Diosa Literatura sabe, en su omnisciente corazón, el consolador agradecimiento que les guardo a esos leales –y pocos- magentianos que me acompañaron durante uno de los momentos más infernales de mi existencia.
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En la revista “Cortina de Humo”, Víctor Palacios Cruz, en su artículo titulado “4 fecundos años magentianos” (página 31), en el último párrafo sentencia: Ahora, en un momento crucial del grupo, algunos han desertado, explícita o implícitamente. Volvemos a ser pocos, pero quizá, por ello mismo, tenemos la sensación no de haber retrocedido sino de haber “regresado” a los inicios, y allí nos hemos encontrado, inesperada y orgullosamente, con la energía del acto fundador.
“Magenta”, a nuestro criterio, asumiendo –como siempre- una crítica objetiva es, indudablemente, un hito generacional de este nuevo siglo escritural (junto al marginal accionar del grupo “Plazuela Merino”); por lo que acometer un estudio hermenéutico sin nominarlo sería de una repudiable y antológica mezquindad.
Víctor Hugo Palacios en su artículo realiza un balance. Sin embargo, con unas omisiones imperdonables que -a todas luces- pretenden escamotear la decisiva presencia de dos de sus ex – integrantes (uno más que el otro): Luis Gil Garcés y el mío.
Víctor Hugo Palacios se ha olvidado que Luis Gil Garcés fue de los fundadores y dinamizadores de “Magenta”, cuando él ni siquiera estaba en los planes del grupo; además, él fue el único que –según versión de una fuente de primera mano- suplicó, de manera insistente, ser miembro magentiano.
En lo que respecta a mí, ingresé a “Magenta” por la invitación de Josué Aguirre Alvarado, Ángel Hoyos Calderón y Eduardo Valdivia Sanz, en el mes de agosto del año 2 007.
Víctor Hugo Palacios, en su sesgado artículo, no aquilata las implicancias significativas y la apertura que suscitó mi presencia dentro del grupo. Antes de mí, “Magenta” había ignorado y menospreciado (evidenciando un cosmopolitismo y elitismo literario) a las voces más sobresalientes del parnaso piurano: José María Gahona, Jesús Espinoza Pariatón, Víctor Borrero Vargas, Cosme Saavedra Apón, Teófilo Peña Barreto, José Díaz Sánchez, César Gutiérrez Alva, Héctor Efraín Rojas y Jenny Girón Vallejo(s). Y también el grupo publicó, en el número 33 de su revista, el excelente cuento “¡Cuidadito nomás!” del narrador de izquierda (contactado por mí): Sócrates Zuzunaga Huaita. Además, de los escritores que se hicieron merecedores al premio anual “El Escarabajo de Oro”, a tres llevé a la revista “Magenta”, a través de sus solventes escritos: Víctor Borrero Vargas, José María Gahona y César Gutiérrez Alva.
Antes era imposible que el broche de oro de la revista se regionalice y discierna sobre la insoslayable obra del poeta cataquense Lelis Rebolledo Herrera, sobre la poética subterránea de Róger Santiváñez Vivanco y sobre la antiburguesa novelística de Víctor Borrero Vargas. Dicho sea de paso, el 18 de noviembre del año pasado se hizo el siguiente reclamo: Lamentablemente, en el texto remitido para que se constituya en broche de oro de la Revista “Magenta”, a instancias mías para rendirle un póstumo homenaje al escritor Víctor Borrero Vargas, se ha profanado –desde todo punto de vista, inaceptable esto- su contenido, uno mayor que el otro: (…) El segundo (el más grave): Se ha omitido esta reveladora frase (que define, palmariamente, una de las aristas discursivas de Víctor Borrero Vargas): “La visión sarcástica y clasista sobre la vida burguesa,…”.
Como integrante de “Magenta” me dispuse a difundirlo en Sullana, distribuyendo su revista y entregándola a la biblioteca de la Municipalidad Provincial de Sullana; solicitando un reconocimiento oficial a esta entidad pública, haciéndose efectivo el 4 de setiembre del año 2 008, a través de la Resolución de Alcaldía No 1591-2 008/MPS, firmado por el alcalde Jaime Bardales Ruíz. Empero, la tramitación de dicho reconocimiento oficial, de los ocho integrantes de “Magenta”, sólo fue agradecida por dos de ellos y, obviamente, que Víctor Hugo Palacios nunca valoró este esfuerzo y –lo más lamentable- no me dijo ni pío. También, ante coordinaciones mías, el narrador Ángel Hoyos Calderón fue considerado en el VIII Café Literario “Las Nuevas Voces de la Literatura Sullanera”, organizado por el XCVII aniversario de la provincia de Sullana, el 30 de octubre del año 2 008; donde a dicho narrador magentiano se le reconoció y felicitó públicamente a través de la Resolución de Alcaldía No 2003-2 008/MPS.
Dejé de pertenecer a “Magenta” el 18 de abril de este año, cuando Josué Aguirre Alvarado (que es uno de los pocos magentianos que, realmente, aún aprecio) me comunica, entre otras cosas, a través de mi correo electrónico: En la última reunión se decidió retirarte del grupo. (…). Por eso, desde el día de hoy, quedas libre (por votación y reglamento) de tus obligaciones como miembro.
Estoy seguro que mi efímera presencia en “Magenta”, será valorada por la gratitud eterna de la trascendente escritura; y que sólo la Diosa Literatura sabe, en su omnisciente corazón, el consolador agradecimiento que les guardo a esos leales –y pocos- magentianos que me acompañaron durante uno de los momentos más infernales de mi existencia.
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Sullana, Noviembre 2 009.
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